EL JUICIO DE DIOS
La Paz del Señor sea con todos Vosotros:
El Juicio de Dios, es el cumplimiento de todas las leyes ordenadas por Dios, es el camino para alcanzar la salvación y la vida eterna.
El Juicio de Dios, es el cumplimiento de todas las leyes ordenadas por Dios, es el camino para alcanzar la salvación y la vida eterna.
¿Qué es un Juicio?. Un Juicio, es una controversia, un problema o un pleito por resolver entre dos partes, cada parte tiene sus demandantes y sus demandados y cada uno de ellos un abogado defensor; en este caso, Dios es el demandante, el hombre el demandado, el abogado del demandante es Cristo, el acusador es Moisés; y, la ley con la que se juzgará al hombre es la Ley de Moisés. No penséis que yo os tengo de acusar delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien vosotros esperáis (Juan 5:45). El que menospreciare la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere sin ninguna misericordia (Hebreos 10:28); y, CRISTO es la Ley (Juan 1:1,14); entonces, si analizamos el caso de los cristianos, quienes han abolido la Ley de Dios, perderán el juicio y se quedarán aquí en la tierra, reencarnándose por la eternidad; ésta es la segunda muerte, la muerte del alma. Más a los temerosos é incrédulos, a los abominables y homicidas, a los fornicarios y hechiceros, y a los idólatras, y a todos los mentirosos, su parte será en el lago ardiendo con fuego y azufre, que es la muerte segunda (Apocalipsis 21:8). Y Abraham le dice: A Moisés y a los profetas tienen: óiganlos. El entonces dijo: No, padre Abraham: más si alguno fuere a ellos de los muertos, se arrepentirán. Más Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán, si alguno se levantare de los muertos (Lucas 16:29:31). Así que, es mejor que se conviertan a Dios por su propia voluntad, si no lo hacen, Dios lo hará a la fuerza, a través de castigo: terremotos, maremotos, pestes, hambruna, etc., hasta que todos de rodillas se inclinen ante el Dios Viviente.
La rueda de las reencarnaciones |
1. ¿Qué hacer para ganar el Juicio de Dios o la vida eterna?
Y él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno es bueno sino uno, es a saber, Dios: y si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos (Mateo 19:17). Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio: el mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio (1 Juan 2:7). Simple, hay que cumplir las leyes de Dios.
2. Al creer en la Ley de Dios, se gana el Espíritu Santo de la promesa
En el cual esperasteis también vosotros en oyendo la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salud: en el cual también desde que creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa (Efesios 1:13). Con el Espíritu Santo a nuestro favor, podremos eliminar a los demonios que viven nuestro cuerpo físico y que son los responsables del pecado que comete el hombre.
3. ¿Cómo eliminar el pecado?
En otros estudios que se presentan en este blog, se demuestra que en el cuerpo del hombre viven siete demonios reyes y cada uno tiene su legión de demonios (Lucas 8:2,30) y que esos son los enemigos del hombre (Mateo 10:36. Miqueas 6:7). Dios llama a esos demonios naciones (Deuteronomio 7:1) o los moradores de la tierra.
Para eliminar a esos demonios, hay que denunciarlos ante Dios; antes de acostarse, hay que orar a Dios ante el mandamiento y manifestarle que vamos a denunciar el pecado para que lo expulse de nuestro corazón y finalmente hay que proceder con la denuncia. Las denuncias deben ser en forma ordenada, previamente, en un cuaderno se debe hacer una lista de nuestras debilidades; codicia, avaricia, adulterio, fornicación, robo, iras, celos, insultos, orgullo, gula, homosexualidad, lesbianismo, prostitución, muerte, idolatría, extorsión, incredulidad, hechicería, adivinación, borracheras, uso de drogas, tabaco, mentira, etc.
Una vez hecha la lista de debilidades, se debe denunciar cada debilidad tal como la cometimos, sin olvidar nada, en regresión, desde el momento en que conocimos la Ley de Dios, los Diez Mandamientos, hasta cuando tuvimos uso de razón o hasta cuando éramos niños; una vez hecha la denuncia y que todo haya sido conforme fue, Dios ordena al Espíritu Santo que expulse a todos los demonios que provocaron el cometimiento de dicho pecado y la persona puede ver a través de visiones, como los ángeles de Dios se llevan a cientos de personas desconocidas desde el interior de nuestro cuerpo, los llevan encarcelados tal como sucede cuando la policía captura a una banda de delincuentes; y así, hay que hacer con toda nuestra lista; este proceso quiere decir estemos a cuenta. Venid luego, dirá Jehová, y estemos á cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos: si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana (Isaías 1:18).
Cuando se denuncia el pecado, la serpiente que mora en el cuerpo del hombre empieza a disminuir de tamaño y luego morirá (Isaías 27:1. Job 40:21,22).
Durante el proceso del Juicio, las naciones de demonios, empezarán a luchar entre ellos por controlar al hombre, para que no sean expulsados del cuerpo (entre ellos se matarán, se comerán unos a otros, habrá terremotos, pestes, etc., y todo sucederá en el corazón del hombre); entonces, aparecerán cosas en el interior del hombre que nunca se imaginó ver, ni que existían; además, Lucifer con sus demonios, empezarán a perseguir a la persona para hacerlo pecar nuevamente y esa es la lucha del Israelita o del convertido, no hay otro camino para alcanzar la salvación. Entonces el dragón fue airado contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra los otros de la simiente de ella, los cuales guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo (Apocalipsis 12:17).
Este es el Juicio de Dios, una vez eliminados todos los pecados del hombre, Dios lo guiará, lo cuidará, le dará sabiduría, ciencia, salud y paz; y, el hombre volverá a ser como Adán, puro, santo, tal como Dios lo demanda; y, cuando haya muerto o desencarnado, el alma, tú, irá a la tierra prometida, al cielo o donde habita Dios con sus ángeles.
Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdad, y sus caminos juicio; y humillar puede a los que andan con soberbia (Daniel 4:37).
Estad atentos a mí, pueblo mío, y oidme, nación mía; porque de mí saldrá la ley, y mi juicio descubriré para luz de pueblos (Isaías 51:4).
Yo empero dije: Por cierto ellos son pobres, enloquecido han, pues no conocen el camino de Jehová, el juicio de su Dios (Jeremías 5:4). Y habitará el juicio en el desierto, y en el campo labrado asentará la justicia (Isaías 32:16).
Y él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno es bueno sino uno, es a saber, Dios: y si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos (Mateo 19:17). Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio: el mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio (1 Juan 2:7). Simple, hay que cumplir las leyes de Dios.
2. Al creer en la Ley de Dios, se gana el Espíritu Santo de la promesa
En el cual esperasteis también vosotros en oyendo la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salud: en el cual también desde que creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa (Efesios 1:13). Con el Espíritu Santo a nuestro favor, podremos eliminar a los demonios que viven nuestro cuerpo físico y que son los responsables del pecado que comete el hombre.
3. ¿Cómo eliminar el pecado?
En otros estudios que se presentan en este blog, se demuestra que en el cuerpo del hombre viven siete demonios reyes y cada uno tiene su legión de demonios (Lucas 8:2,30) y que esos son los enemigos del hombre (Mateo 10:36. Miqueas 6:7). Dios llama a esos demonios naciones (Deuteronomio 7:1) o los moradores de la tierra.
Para eliminar a esos demonios, hay que denunciarlos ante Dios; antes de acostarse, hay que orar a Dios ante el mandamiento y manifestarle que vamos a denunciar el pecado para que lo expulse de nuestro corazón y finalmente hay que proceder con la denuncia. Las denuncias deben ser en forma ordenada, previamente, en un cuaderno se debe hacer una lista de nuestras debilidades; codicia, avaricia, adulterio, fornicación, robo, iras, celos, insultos, orgullo, gula, homosexualidad, lesbianismo, prostitución, muerte, idolatría, extorsión, incredulidad, hechicería, adivinación, borracheras, uso de drogas, tabaco, mentira, etc.
Una vez hecha la lista de debilidades, se debe denunciar cada debilidad tal como la cometimos, sin olvidar nada, en regresión, desde el momento en que conocimos la Ley de Dios, los Diez Mandamientos, hasta cuando tuvimos uso de razón o hasta cuando éramos niños; una vez hecha la denuncia y que todo haya sido conforme fue, Dios ordena al Espíritu Santo que expulse a todos los demonios que provocaron el cometimiento de dicho pecado y la persona puede ver a través de visiones, como los ángeles de Dios se llevan a cientos de personas desconocidas desde el interior de nuestro cuerpo, los llevan encarcelados tal como sucede cuando la policía captura a una banda de delincuentes; y así, hay que hacer con toda nuestra lista; este proceso quiere decir estemos a cuenta. Venid luego, dirá Jehová, y estemos á cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos: si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana (Isaías 1:18).
Cuando se denuncia el pecado, la serpiente que mora en el cuerpo del hombre empieza a disminuir de tamaño y luego morirá (Isaías 27:1. Job 40:21,22).
Durante el proceso del Juicio, las naciones de demonios, empezarán a luchar entre ellos por controlar al hombre, para que no sean expulsados del cuerpo (entre ellos se matarán, se comerán unos a otros, habrá terremotos, pestes, etc., y todo sucederá en el corazón del hombre); entonces, aparecerán cosas en el interior del hombre que nunca se imaginó ver, ni que existían; además, Lucifer con sus demonios, empezarán a perseguir a la persona para hacerlo pecar nuevamente y esa es la lucha del Israelita o del convertido, no hay otro camino para alcanzar la salvación. Entonces el dragón fue airado contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra los otros de la simiente de ella, los cuales guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo (Apocalipsis 12:17).
Este es el Juicio de Dios, una vez eliminados todos los pecados del hombre, Dios lo guiará, lo cuidará, le dará sabiduría, ciencia, salud y paz; y, el hombre volverá a ser como Adán, puro, santo, tal como Dios lo demanda; y, cuando haya muerto o desencarnado, el alma, tú, irá a la tierra prometida, al cielo o donde habita Dios con sus ángeles.
Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdad, y sus caminos juicio; y humillar puede a los que andan con soberbia (Daniel 4:37).
Estad atentos a mí, pueblo mío, y oidme, nación mía; porque de mí saldrá la ley, y mi juicio descubriré para luz de pueblos (Isaías 51:4).
Yo empero dije: Por cierto ellos son pobres, enloquecido han, pues no conocen el camino de Jehová, el juicio de su Dios (Jeremías 5:4). Y habitará el juicio en el desierto, y en el campo labrado asentará la justicia (Isaías 32:16).
Autor: Randon Ortiz
JEHOVÁ DIOS EN AMÉRICA DEL SUR
EZEQUIEL JONÁS SU TEMPLO
La Paz y la Gracia de
nuestro Señor Ezequiel Jonás Ataucusi Molina, more en cada uno de vosotros hermanos y hermanas Israelitas.