INSTRUCCIÓN Y
CUIDADO DE LOS HIJOS
La Paz del Señor sea con todos vosotros:
Hermanos, vuestros hijos e hijas se corrompen por vuestro mal ejemplo. Tenemos una verdad sagrada, santificadora, que nos prueba; y si nuestros hábitos y prácticas no están de acuerdo a las enseñanzas Divinas, pecamos contra DIOS y somos proporcionalmente culpables. El Señor espera que llevemos mucho fruto, mayor celo y fidelidad. Los padres deben empezar su obra en un alto plano de acción, tienen que revestirse de toda armadura suplicar
y amonestar a sus hijos. “Que gobierne bien su casa,
que tenga sus hijos en sujeción con toda honestidad. Porque el que no sabe
gobernar su casa, ¿cómo cuidará de la Iglesia de DIOS? “(1 Timoteo 3:4,5).
"Y si alguno no tiene cuidado de
los suyos, y mayormente de los de su casa la fe negó, y es peor que un infiel.
Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos; sino criadlos en
disciplina y amonestación del Señor." (1 Timoteo 5:8. Efesios 6:4).
"Mostrándote en todo por ejemplo
de buenas obras; en Doctrina haciendo ver integridad, gravedad." (Tito 2:7).
La educación y preparación de los hijos debe ser de un carácter
que enlace las cosas Sagradas, y que estimule una fe profunda y pura en
DIOS en su hogar.
Los padres no solo deben enseñar, sino ordenar a sus hijos que tomen conciencia
en la Ley de DIOS. La restauración y el levantamiento de la humanidad empiezan en la
casa. La obra de los padres es cimiento del bienestar de la sociedad, el buen
éxito de la Iglesia y la prosperidad dependen de la influencia del
hogar. “Instruye al niño en su carrera: Aun cuando fuere viejo no se apartará de
ella." (Proverbios 22:6).
El hogar cristiano ha de ser una lección objetiva, que ponga de
relieve la excelencia de los verdaderos principios. No se debe permitir que
nuestros hijos se aparten de la senda de vida. Hay que refrenar sus malos
deseos y reprimir sus malas inclinaciones con mansedumbre, pero con firmeza,
perseverancia y oración. Deben convivir en el hogar la alegría, cortesía, amor;
y donde residen estas virtudes habrá felicidad y paz. Por lo tanto nuestras
oraciones, ayunos y holocaustos serán aceptos.
Porque la justicia empieza por casa. “Que prediques la palabra; que instes a
tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y
Doctrina. No defraudando, antes mostrando toda buena lealtad, para que adornen
en todo la Doctrina de nuestro Salvador DIOS. Esto
habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te desprecie" (2
Timoteo 4:2. Tito 2:10,15).
Cuando los padres corrijan a sus hijos, deben
proceder con inteligencia, paciencia e integridad, hacer ver sus faltas y
cuando se les reprenda, debe hacerlo sin ira. Ni mucho menos castigar a los
hijos con cualquier instrumento que estuviere a la mano. Porque en vez de
corregirlo lo descaminará. Antes de exhortar o castigar, los padres previamente
deben orar juntamente con sus hijos. Y darles tres varazos;
en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. En cada varazo se le hará ver sus errores y
defectos. “No rehúses la corrección del muchacho:
Porque si lo hirieres con vara, no morirá. Tú lo herirás con vara, y librarás
su alma del infierno." (Proverbios 23:13,14).
"Castiga a tu hijo en tanto que
hay esperanza; mas no se excite tu alma para destruirlo. El que detiene el
castigo, a su hijo aborrece: Mas el que lo ama, madruga a castigarlo." (Proverbios
19:18. 13:24).
“Y vosotros, padres, no provoquéis a
ira a vuestros hijos; sino criadlos en disciplina y amonestación del
Señor." (Efesios 6:4).
DEBERES DE LOS HIJOS
Tanto los hijos como los padres tienen
importantes deberes que cumplir. Compartiendo las responsabilidades domésticas
del hogar, y proporcionando toda felicidad posible a sus padres, honrándoles y
obedeciéndoles en todo, porque esto es bueno y agradable delante de
DIOS. “Hijos, obedeced a vuestros padres en todo;
porque esto agrada al Señor." (Colosenses 3:20).
Hijos, obedeced en el Señor a vuestros
padres; porque esto es justo. Honra a tu padre
y a tu madre, que es el primer mandamiento con
promesa. Para
que te vaya bien, y seas de larga vida
sobre la tierra." (Efesios 6:1,2,3).
El que maldice a su padre o a su madre,
su lámpara será apagada en oscuridad tenebrosa. Maldito el que deshonrare a su padre o a su madre. Y ¿dirá todo el pueblo: Amén." (Proverbios 20:20.
Deuteronomio 27:16).
DEBERES DEL ESPOSO
Cada uno de los esposos procure la felicidad de
su cónyuge, sin descuidar jamás los leves actos de cortesía y bondad que
alegran e iluminan la vida. En el matrimonio debe haber completa
confianza, comprensión y no defraudarnos. Ambos tienen que hacer frente a sus
responsabilidades. Juntos tienen que trabajar por el mayor bien de sus hijos.
Jamás en presencia de ellos deben discutir, criticar el uno los planes del
otro, ni poner en tela de juicio el criterio del incumplimiento del otro. “Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis desapacibles
con ellas." (Colosenses 3:19).
“Maridos, amad a vuestras mujeres, así
como CRISTO amó a la Iglesia, y se entregó a sí
mismo por ella. Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus
mismos cuerpos. El que ama a su mujer,
así mismo se ama."
(Efesios 5:25,28).
"Vosotros maridos,
semejantemente, habitad con ellas según ciencia, dando honor a la
mujer como a vaso más frágil, y como a herederas juntamente de la gracia de la
vida; para que vuestras oraciones no sean impedidas." (1 Pedro 3:7).
"El marido pague a la mujer la
debida benevolencia; y asimismo la mujer al marido. La mujer no tiene potestad
de su propio cuerpo, sino el marido: é igualmente tampoco el marido tiene
potestad de su propio cuerpo, sino la mujer." (1 Corintios 7:3,4).
“Cada uno empero de vosotros de por sí, ame también a su mujer como a sí
mismo; y la mujer reverencie a su marido. Como Sara obedecía a Abraham,
llamándole Señor; de la cual vosotros sois hechas hijas, haciendo bien, y no
sois espantadas de ningún pavor." (Efesios 5:33. 1 Pedro 3:6).
“El marido pague a la mujer la debida
benevolencia; y asimismo la mujer al marido. La mujer no tiene potestad de su
propio cuerpo, sino el marido: é igualmente tampoco el marido tiene potestad de
su propio cuerpo, sino la mujer." (1 Corintios 7:3,4).
DEBERES DE LA ESPOSA
“Casadas, estad sujetas a vuestros
maridos, como conviene en el Señor. Porque el marido es la cabeza de la mujer,
así como CRISTO es la cabeza de la Iglesia; y él es
el que da la salud al cuerpo. Así que, como la Iglesia está sujeta a CRISTO,
así también las casadas lo estén a sus maridos en todo." (Colosenses 3:18.
Efesios 5:22,23,24).
“Asimismo, vosotras mujeres, sed
sujetas a vuestros maridos para que también los que no creen en la palabra,
sean ganadas sin palabra por la conversación de sus mujeres." (1 Pedro 3:1).
Autor: Ezequiel Ataucusi Gamonal
JEHOVÁ DIOS EN AMÉRICA DEL SUR
EZEQUIEL JONÁS SU TEMPLO
La Paz y la Gracia de
nuestro Señor Ezequiel Jonás Ataucusi Molina, more en cada uno de vosotros hermanos y hermanas Israelitas.