A PARTIR DE JUNIO DE 2025, JEHOVÁ DIOS SE LLEVARÁ A LOS QUE CREYERON EN SU HIJO AMADO, EL ARCÁNGEL MIGUEL, HOY EZEQUIEL JONÁS. TRAS ELLO EMPIEZA EL GOBIERNO MUNDIAL DE LUCIFER. COVIERTETE Y SALVA TU VIDA. LEE LA LEY REAL Y UN ÁNGEL VENDRÁ A TÍ Y SERÁ TU SELLO DE SALVACIÓN.

1.20.2013

La Ley de Dios y la Ley del Mundo

LAS DOS LEYES


La Paz del Señor sea con todos vosotros:

En este mundo existen dos leyes, la Ley de Dios y la Ley de Lucifer, Satanás o el Diablo, el gobernante espiritual de este mundo, leyes que pronto desaparecerán porque el milenio de Cristo y el Séptimo día de reposo para Jehová Dios, empezó ya en el año 2000.

1.         ¿Cuáles son esas dos leyes?

Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios: Mas veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi espíritu, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros (Ro. 7:22,23).

La Ley de Dios, es una ley para el alma o para el espíritu; y, la ley de Lucifer, es la ley a la cual se encuentra sometido el cuerpo físico.

Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido a sujeción del pecado (Ro. 7:14)

El alma y el cuerpo físico, forman una sola entidad divina (Gn 5:2) y el alma encarnada, resucitada o ser humano, es una alma viviente (1 Co. 15:45), por lo tanto, la Ley de Dios es para todo ser humano, crea o no crea.

Los deseos del alma, son ejecutados por medio del cuerpo físico y los deseos carnales, inducen al alma a ejecutar dichos deseos, porque los dos, alma y cuerpo, son uno (Mt. 19:5).

2.         La Ley de Dios

De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, y justo, y bueno (Romanos 7:12).

La ley de Dios, la cual incluye los diez mandamientos, los estatutos y los derechos de Dios y del hombre, son santos, justos y buenos para todo ser humano; y, el hombre que los haga, encontrará la vida eterna (Mt. 19:17). Moisés escribe así de la justicia que es por la Ley: «El hombre que haga estas cosas vivirá por ellas» (Ro. 10:5).

3.         ¿Cuál es la Ley de Dios?

Entonces Jehová dijo a Moisés: Sube a mí al monte y espera allá, y te daré tablas de piedra con la ley y los mandamientos que he escrito para enseñarles (Ex. 24:12). Se escribirá esto para la generación venidera y el pueblo que está por nacer alabará a Jah (Salmos 102:18). He aquí, Dios es mi salvación; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es Jah, Jehová, quien ha sido salvación para mí (Is. 12:2).

La ley y los mandamientos que Dios entregó a Moisés son para todos los seres humanos, para ésta generación, la cual se constituye en la generación venidera (Ex. 24:12. Sal. 102.18. Mt. 28:19,20. 1 Jn. 2:24. Is. 66:23).

4.         ¿Jesucristo abolió la Ley de Moisés?

No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas: no he venido para abrogar, sino a cumplir. Porque de cierto os digo, que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni un tilde perecerá de la ley, hasta que todas las cosas sean hechas (Mt. 5:17,18).

Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio: el mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio (1 Jn. 2:7).

Jesucristo no abolió la Ley de Moisés, antes bien la confirmó y sentenció, que primero puede desaparecer el cielo o la tierra, antes que desparezca o sea borrada una tilde de la Ley (Mr. 13:31), además, el evangelio del reino que Él predicó es la Ley de Moisés (Lc. 24:44).

Jesucristo es el mismo Jehová Dios o el Cordero (Jn 1:29. Ap. 17:14. Dt. 10:17. Mt. 16:16), de tal manera, que la ley no ha cambiado y el hombre debe cumplirla mientras viva en este mundo.

¿IGNORÁIS, hermanos, (porque hablo con los que saben la ley) que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que vive?  (Ro. 7:1).

5.         El hombre que no conoce la Ley de Dios, es un hombre muerto

Mas a los temerosos é incrédulos, a los abominables y homicidas, a los fornicarios y hechiceros, y a los idólatras, y a todos los mentirosos, su parte será en el lago ardiendo con fuego y azufre, que es la muerte segunda (Ap. 21:8).

Y les dijo: Id por todo el mundo; predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado (Mr. 15:15,16).

En llama de fuego, para dar el pago a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales serán castigados de eterna perdición por la presencia del Señor, y por la gloria de su potencia (2 Ts. 1:8,9).

Mas estos comunales que no saben la ley, malditos son (Jn. 7:9).

6.         ¿Cuál es la ley de Lucifer?

La ley de Lucifer es todo lo que vemos en este mundo, desigualdad social, muertes, asesinatos, robo, hurto, mentira, explotación al prójimo, chismes, engaño, drogas, alcohol, homosexualismo, lesbianismo, prostitución, fornicación, adulterio, corrupción, reposo del día domingo, avaricia, idolatría, falsedad en todo lo existente.

Que esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrena, animal, diabólica (Stg. 3:15). Porque la sabiduría de esta mundo es necedad para con Dios; pues escrito está: El que prende a los sabios en la astucia de ellos (1 Co. 3:19).

Y respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo con los labios me honra, mas su corazón lejos está de mí. Y en vano me honra, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres.  Porque dejando el mandamiento de Dios, tenéis la tradición de los hombres; las lavaduras de los jarros y de los vasos de beber: y hacéis otras muchas cosas semejantes. Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición (Mr. 7:6,9).

Vosotros de vuestro padre el diablo sois, y los deseos de vuestro padre queréis cumplir. Él, homicida ha sido desde el principio, y no permaneció en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. El que es de Dios, las palabras de Dios oye: por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios (Jn. 8:44,47).

Diciendo arriba: Sacrificio y presente, y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron, las cuales cosas se ofrecen según la ley (He. 10:8,5).

7.         ¿Dónde mora Lucifer o el pecado?

Lucifer mora en el cuerpo físico de todo ser humano.

Y os ruego hermanos, que miréis los que causan disensiones y escándalos contra la doctrina que vosotros habéis aprendido; y apartaos de ellos. Porque los tales no sirven al Señor nuestro Jesucristo, sino a sus vientres; y con suaves palabras y bendiciones engañan los corazones de los simples (Ro. 16:17,18).

En aquel día Jehová visitará con su espada dura, grande y fuerte, sobre leviathán, serpiente rolliza, y sobre leviathán serpiente retuerta; y matará al dragón que está en la mar (Is. 27:1). Y fue lanzado fuera aquel gran dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña a todo el mundo; fue arrojado en tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él (Ap. 12:9). ¡Tierra, tierra, tierra! oye palabra de Jehová (Jr. 22:29).

Porque del corazón salen los malos pensamientos, muertes, adulterios, fornicaciones, hurtos, falsos testimonios, blasfemias (Mt. 5:19). Generación de víboras, ¿cómo podéis hablar bien, siendo malos? porque de la abundancia del corazón habla la boca (Mt. 12:34).

8.         ¿Cómo liberarse de la obra de Lucifer?

Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos: y que alcanza hasta partir el alma, y aun el espíritu, y las coyunturas y tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón (He. 4:12). Y como fue ya tarde, trajeron a él muchos endemoniados: y echó los demonios con la palabra, y sanó a todos los enfermos (Mt. 8:16).

Las miríadas de demonios que viven en el hombre (Lc. 8:30. Dt. 7:1), salen del cuerpo cuando se memoriza la Ley Real de Dios (Stg. 2:8) y se empieza a cumplirla (Ro. 2:13. Stg. 1:25).

9.         El Espíritu Santo de la promesa

Los que han creído en la ley de Dios, recibirán el Espíritu Santo de la promesa y éste ángel de Dios protegerá al convertido de los ataques de Lucifer, lo guiará y lo instruirá (Ro. 9:4. Ef. 1:13).

10.      El aguijón de la muerte

El aguijón de la muerte es el pecado y el que produce el pecado es el diablo (1 Co. 15:56). Dios en su inmensa misericordia, permite que el hombre viva con el aguijón de la muerte hasta que el alma se despierte (1 Co. 12:7).

11.      El perdón de los pecados

Cualquiera que hace pecado, traspasa también la ley; pues el pecado es transgresión de la ley (1 Jn. 3:4).

Mas venido el cumplimiento del tiempo, Dios envió su Hijo, hecho de mujer, hecho súbdito a la ley, para que redimiese a los que estaban debajo de la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos (Ga. 4:4,5).

El perdón de los pecados es para todos los que se someten a la ley, porque donde no existe la ley, no se imputa pecado y reina la muerte (Ro. 5:3), pues la ley permite identificar el pecado (Ro. 3:20) y una vez conocido el pecado, no se debe volver a cometerlo (Jn. 8:11).

12.      Las dos leyes ante Dios

Por la Ley de Dios, todos serán justificados y por su cumplimiento viene la salvación al hombre; y, por las obras de la ley de Lucifer nadie puede justificarse ante Dios.

Por ejemplo, alguien puede decir que él tuvo amor con la gente y que no le hizo mal a nadie, empero, vivió y consintió a la iniquidad y no supo que el Amor de Dios es el cumplimiento de los Diez Mandamientos (1 Jn. 5:3. 2 Jn. 1:6); otro podrá decir que hizo caridad con la gente, empero, no sabe que la caridad es el cumplimiento de la Ley (Ro. 13:10); otro puede decir que él cree o tiene fe en Jesucristo y que por eso es salvo, pero la fe de Jesucristo viene cuando se escucha los Diez Mandamientos o la Palabra de Dios (Ef. 1:13. Ro. 10:17); los que creen en Dios o en Cristo, están obligados a cumplir la Ley de Dios (Ro. 3:31); todos los que creen en Dios y en Cristo, sin cumplir la ley, en vano creen y pierden su tiempo hablando de Dios o creyendo de que son salvos (1 Co 15:2,19); Jesucristo ya lo dijo, aproximadamente 2000 años atrás, que nadie cree en él (Jn. 16:9).

13.      ¿Quién es el que acusa a los Seres Humanos?

Moisés es quién acusa a todo ser humano. No penséis que yo os tengo de acusar delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien vosotros esperáis. Porque si vosotros creyeseis a Moisés, creeríais a mí; porque de mí escribió él. Y si a sus escritos no creéis, ¿cómo creeréis a mis palabras? (Jn. 5:45,46,47).

El que menospreciare la ley de Moisés, por el testimonio de dos ó de tres testigos muere sin ninguna misericordia (He. 10:28).

14.      ¿A dónde va el alma del hombre después de esta vida?


Los que creyeron y cumplieron la Ley de Moisés, heredarán la tierra prometida; los incrédulos a la Ley, irán al lago de fuego. Y aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham: y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el infierno alzó sus ojos, estando en los tormentos, y vio a Abraham de lejos, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque soy atormentado en esta llama. Y díjole Abraham: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; mas ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. Y además de todo esto, una grande sima está constituida entre nosotros y vosotros, que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. Y dijo: Ruégote pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre; Porque tengo cinco hermanos; para que les testifique, porque no vengan ellos también a este lugar de tormento. Y Abraham le dice: A Moisés y a los profetas tienen: óiganlos. El entonces dijo: No, padre Abraham: mas si alguno fuere a ellos de los muertos, se arrepentirán. Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán, si alguno se levantare de los muertos (Lc. 16:22 al 31).

¿Qué ley cumples?
Autor: Randon Ortiz Calle

JEHOVÁ DIOS EN AMÉRICA DEL SUR
EZEQUIEL JONÁS SU TEMPLO

La Paz y la Gracia de nuestro Señor Ezequiel Jonás Ataucusi Molina, more en cada uno de vosotros hermanos y hermanas Israelitas.