ARREPENTIMIENTO
La Paz del Señor sea con todos vosotros:
Es necesario que nosotros siendo un pueblo apercibido
para Dios, anunciemos a todas las gentes sobre lo que ha de suceder y lo que va
a venir, si no nos arrepentimos de corazón, ténganlo por seguro, nadie se salvará,
entonces hay que dar a conocer a los religiosos y no religiosos sobre el tema
del Arrepentimiento, ¿Qué cosa quiere decir la palabra arrepentirse?,
humanamente podemos decir que es un momento de aflicción, es una sensación de
gran pena o dolor, es un remordimiento interno de nuestra alma, la escritura
dice que Dios nos reprende, nos castiga poco a poco, para descubrir nuestro
pecado, para que el hombre se arrepienta y crea en Dios.
Así es
como corriges de a poco a los que pecan. Les haces ver, mediante tus
correcciones, en qué han pecado, para que se arrepientan de su maldad y crean
en ti, Señor (Sabiduría 12:2). Dios castiga poco a poco
a los que no creen, los reprende, de manera que descubran su pecado, se
arrepientan de su maldad, porque desde nuestros antepasados hemos vivido en
grande culpa, entonces la escritura declara que las iniquidades del hombre
persisten hasta el día de hoy.
Desde los
días de nuestros padres hasta este día estamos en grande culpa; y por nuestras
iniquidades nosotros, nuestros reyes, y nuestros sacerdotes, hemos sido
entregados en manos de los reyes de las tierras, a cuchillo, á cautiverio, y á
robo, y a confusión de rostro, como hoy día (Esdras 9:7). El profeta Esdras dice que todos estamos en grande culpa
desde los días de nuestros padres, quiere decir, desde nuestros antepasados
hasta el día de hoy, todos estamos en grande culpa por nuestras iniquidades, le
habla a todo el pueblo y que será de aquellos que no conocen a Dios, ¿Cómo
estarán?, ¿Cómo está el mundo ahora?, hay que ponernos a pensar ahora, que
podemos decir por nuestras maldades, por nuestros pecados. Dios cerró las
sagradas escrituras ¿con que fin?, para que en lo postrero, gracias a su gran misericordia
vuelva a abrirlas nuevamente en un día señalado.
Porque
Dios encerró a todos en incredulidad, para tener misericordia de todos (Romanos
11:32). Dios vio la maldad del hombre, por esa causa
cerró la escritura bajo pecado, porque todos fueron incrédulos a la muerte de
nuestro Señor, 2000 años han tenido que pasar, para que Dios nuevamente gracias
a su gran misericordia se acuerde de su pueblo, porque los pecados de los
hombres han llegado hasta el mismo cielo.
Porque sus
pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades
(Apocalipsis 18:5). Ha llegado el día que nuevamente sea
promulgada la misericordia de Dios, porque Dios se ha acordado de nuestras
maldades, de nuestras faltas; nuestros pecados han llegado hasta el cielo hasta
su Santa morada y cansado de ello, se acordó de los habitantes de la tierra y
gracias a su gran misericordia, al amor que le tiene a la humanidad, manda a
todos los hombres, de todos los lugares del planeta que se arrepientan.
Empero
Dios, habiendo disimulado los tiempos de esta ignorancia, ahora denuncia a
todos los hombres en todos los lugares que se arrepientan (Hechos 17:30). Habiendo llegado el tiempo de rendir cuentas a Dios,
ahora denuncia a todos los hombres que se arrepientan, quiere decir, a pesar
que somos desobedientes a los mandatos de Dios y muchas veces blasfemamos el
nombre de Dios, a pesar de todo, Dios tiene misericordia de sus hijos, Dios
disimula nuestra ignorancia y denuncia, quiere decir, que avisa y da un
ultimátum a todos los hombres, de todos los lugares de la tierra, manda al
hombre a reflexionar, a ser penitencia para que se arrepienta de corazón.
Pero,
porque lo puedes todo, tienes piedad de todos y parece como que no hicieras
caso de los pecados de los hombres para que así se arrepientan (Sabiduría
11:23). Dios tiene compasión y disimula los pecados
de los hombres, pero también dice que Dios tiene un límite, entonces, Dios
ordena a todo hombre que se arrepienta, antes que llegue el gran día de Jehová,
grande y terrible, porque la maldad del hombre no tiene límite, es por eso que
Dios manda a llamar a todos los pecadores a un arrepentimiento sincero.
No he
venido a llamar justos, sino pecadores a arrepentimiento (Lucas 5:32). Entonces, Dios no vino por los justos, sino por los
pecadores, pero que diremos ¿Habrá alguien justo en la tierra?.
Como está
escrito: No hay justo, ni aun uno; No
hay quien entienda, No hay quien busque a Dios (Romanos 3:10,11). No hay ningún justo en la tierra que busque a Dios de
corazón, es por eso que Dios nos llama a todos nosotros pecadores al
arrepentimiento sincero, de corazón, porque la escritura dice, arrepiéntete
pues de esta tu maldad y ruega a Dios, para que seas perdonado del pensamiento
de tu corazón.
Arrepiéntete
pues de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te será perdonado el
pensamiento de tu corazón (Hechos 8:22). Quiere decir
que para que sea perdonado el pensamiento de nuestro malvado corazón, el hombre
tiene que arrepentirse, rogar a Dios por todas las faltas y errores que cometió,
entonces, si se convierte para servir a Dios, el borrará todos vuestros
pecados, porque ya no falta mucho tiempo para que vengan los tiempos de
refrigerio de la presencia del Señor.
Así que,
arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; pues que
vendrán los tiempos del refrigerio de la presencia del Señor (Hechos 3:19). Arrepentíos y convertíos dice Jehová nuestro Dios, para
que sean borrados vuestros pecados, porque los tiempos de refrigerio de la
presencia del Señor ya son señalados. ¿Qué entendemos por esto?.
Por cuanto
ha establecido un día, en el cual ha de juzgar al mundo con justicia, por aquel
varón al cual determinó; dando fe a todos con haberle levantado de los muertos
(hechos 17:31). El gran día del juicio de Dios, ya está
cercano para que el mundo crea que existe un Dios, el cual levantó de los
muertos a su hijo amado, como el mundo no conoce como vendrá el juicio de Dios,
no se arrepiente, Dios no quiere que ninguno muera, que Padre va a querer que
su hijo muera, por eso es que nos llama al arrepentimiento.
El Señor
no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; sino que es paciente
para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al
arrepentimiento (2 Pedro 3:9). Muchas veces pensamos
humanamente, tener mayor edad para poder servir al Señor, nos vamos en el poder
de nuestro mal camino, pero la escritura dice que Dios no tarda su promesa, no
es como los hombres que tiene por tardanza su palabra, por ejemplo, pensamos
que el Juicio de Dios no va a venir, que falta mucho para ello, pero cuando
llegue ese día, entonces vamos a querernos arrepentirnos y Dios ya no nos va a
escuchar, tengan presente esto; las puertas de los cielos se cerrarán y allí
será el llanto y crujir de los dientes y ¿Cómo quedarán aquellos que no se
arrepintieron?, morirán, por ello es que Dios es paciente y no quiere que nadie
muera y llama a un arrepentimiento sincero, de corazón, pero el hombre no
quiere arrepentirse, el adversario nos tiene atados, nacemos con nuestra
malicia y nuestra perversidad no cambia nunca.
Pero, al
castigarlos progresivamente, les dabas oportunidad para que se arrepintieran.
No ignorabas sin embargo que su interior era perverso y que su maldad era
innata, y que no cambiarían (Sabiduría 12:10). Desde
el vientre de nuestra madre nacimos en pecado, nuestra malicia va en aumento,
cuando vamos creciendo, a pesar que el Señor nos va golpeando en la vida para
poder arrepentirnos, no hacemos caso, porque nuestro corazón está hecho para el
mal, como un caballo loco que va a la batalla, el hombre corre en el que hacer
de sus maldades.
Escuché y
oí; no hablan derecho, no hay hombre que se arrepienta de su mal, diciendo:
¿Qué he hecho? Cada cual se volvió a su carrera, como caballo que arremete con
ímpetu a la batalla (Jeremías 8:6). No queremos
servir a Dios, de corazón, no nos arrepentimos sinceramente, la humanidad
piensa que está caminando recto, por eso la pregunta ¿Qué he hecho yo para
arrepentirme? Y no comprendemos que vamos por el camino equivocado, como
caballo loco que arremete con fuerza hacia la batalla, entonces, por ejemplo,
muchos no estamos casados, hemos caído en fornicación, entonces, no estamos obedeciendo a Dios, quiere decir
que no nos hemos arrepentido, es por eso, que Dios nos da un tiempo para
arrepentirnos y no hemos cumplido.
Y le he
dado tiempo para que se arrepienta de la fornicación; y no se ha arrepentido
(Apocalipsis 2:21). Ahora como religiosos, no podemos dar mal
testimonio, entonces, muchas veces cuando uno reprende, algunos se incomodan,
entonces, no soportamos las pruebas y nos apartamos, más directo, nos vamos del
pueblo y no comprendemos que Dios castiga a los que ama, soporta pues la
prueba, se celoso y arrepiéntete.
Yo
reprendo y castigo a todos los que amo: sé pues celoso, y arrepiéntete
(Apocalipsis 3:19). Así como ustedes se alejaron de Dios, vuelvan ahora a él y
búsquenlo con redoblado amor (Baruc 4:28). Si nos hemos
alejado de Dios, arrepiéntanse y regresen con redoblado amor, quiere decir con
el doble de fuerza, busquemos al Señor, como en nuestros inicios, cuando recién
conocimos el pueblo, acordémonos cuando llegamos por primera vez al pueblo, no
hagamos caso a los hermanos que nos critican, no seamos opositores a Dios, más
haced caso al que nos corrige con mansedumbre, así quizás Dios trasforme
nuestro corazón y se arrepienta.
Que con
mansedumbre corrija a los que se oponen: si quizá Dios les dé que se
arrepientan para conocer la verdad (2 Timoteo 2:25). La escritura dice con sencillez de corazón, se corrija a
los que se oponen al evangelio, si no nos escuchan, no nos airemos porque
nosotros cumplimos con anunciar, quizás, Dios tenga misericordia y transforme
su corazón y se arrepienta y le haga conocer la verdad, nuestro Señor
Jesucristo en aquel tiempo también predicó el Evangelio del arrepentimiento y
la remisión de pecados, él ordena que sea predicado el evangelio empezando
desde nuestras casas a todas las gentes y empezar hacer obras dignas de
arrepentimiento.
Más
después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio
del reino de Dios, Y diciendo: El tiempo es cumplido, y el reino de Dios está
cerca: arrepentíos, y creed al evangelio (Marcos 1:14,15). Y que se predicase
en su nombre el arrepentimiento y la remisión de pecados en todas las naciones,
comenzando de Jerusalem (Lucas 24:47).
Antes
anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalem, y por toda la
tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a
Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento (Hechos 26:20). En aquel tiempo, nuestro Señor predicaba y decía el
tiempo es cumplido, como se los digo ahora, el tiempo es cumplido, el reino de
dios está cerca ya, arrepentíos y convertíos, creed en el evangelio de nuestra
salvación, que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de los
pecados, empezando desde el pueblo, luego a todos los gentiles, quiere decir, a
todos los no conocen la palabra de Dios, para que también ellos se arrepientan
y se conviertan a Dios, hay que hacer entonces obras dignas de arrepentimiento,
pero ¿Cuáles serán esas obras dignas de arrepentimiento?.
Haced pues
frutos dignos de arrepentimiento (Mateo 3:8). Las
obras dignos de arrepentimiento viene a ser los frutos, los hijos o hijas
espirituales, entonces, porque dice haced frutos dignos de arrepentimiento,
consiste no solamente en sujetarse a Dios, sino también en predicar, anunciar
para que sus obras sean dignas a Dios, entonces, los frutos serán de
arrepentimiento sincero; la importancia de predicar, si no anunciamos, no hay
salvación, no hay promesa, porque la escritura dice, si has caído, arrepiéntete
y has tus primeras obras.
Recuerda
por tanto de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si
no, vendré presto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres
arrepentido (Apocalipsis 2:5). Arrepiéntete y has tus
primeras obras, porque si no, vendré presto a ti y quitare tu candelero de su
lugar, sino te hubieres arrepentido, quiere decir, que Dios quitará nuestra
promesa, ténganlo por seguro, moriremos, ese es nuestro destino, si no nos
arrepentimos de corazón no habrá vida para nosotros, para entender mejor:
No, os
digo; antes si no os arrepintiereis, todos pereceréis igualmente (Lucas 13:3). Es más claro todavía, si no nos arrepentimos de corazón,
moriremos, que pues podemos hacer, por la dureza de nuestro corazón pereceremos
y seremos juzgados cada uno de acuerdo a nuestras obras.
Más por tu
dureza, y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día
de la ira y de la manifestación del justo juicio de Dios; El cual pagará a cada
uno conforme a sus obras (Romanos 2:5,6). Este estudio
tiene como finalidad salvar a las almas, puede chocarles a algunos o a muchos,
pero las escrituras son claras, respecto al arrepentimiento sincero, nos
guardamos para el día de la ira, del justo juicio de Dios y ahí pagaremos,
conforme a nuestras obras, pero si no nos arrepentimos de corazón, ahí la cosa
cambia, si Dios ve prosperidad en nosotros, Dios se arrepentirá del castigo del
cual había hablado.
Empero si
esas gentes se convirtieren de su maldad, de que habré hablado, yo me
arrepentiré del mal que había pensado hacerles (Jeremías 18:8). Y ahora,
mejorad vuestros caminos y vuestras obras, y oíd la voz de Jehová vuestro Dios,
y arrepentiráse Jehová del mal que ha hablado contra vosotros (Jeremías 26:13).
Por eso pues ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con
ayuno y lloro y llanto. Y lacerad vuestro corazón, y no vuestros vestidos; y convertíos
á Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira,
y grande en misericordia, y que se arrepiente del castigo (Joel 2:12,13). Si nos arrepentimos de corazón, Dios tendrá misericordia
de nosotros en el día del justo juicio de Dios, por eso dice, convertíos a mí,
Jehová vuestro Dios, porque él es grande en misericordia y tardo para la ira,
que se arrepiente del castigo que había pensado hacernos, entonces, ganaremos
la vida eterna, porque cuando se arrepiente, hay gozo de los ángeles de Dios en
el cielo.
Os digo,
que así habrá más gozo en el cielo de un pecador que se arrepiente, que de
noventa y nueve justos, que no necesitan arrepentimiento. Así os digo que hay
gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente (Lucas
15:7,10). Si un pecador se arrepiente, delante de Dios,
los ángeles se alegran, por un pecador que se arrepiente, porque Dios está con
Israel y yo soy testigo de ello, no soy digno de repente de todas estas cosas,
pero el Espíritu Santo es testigo, asimismo, todos ustedes los que han
obedecido y se han arrepentido de corazón.
A éste ha
Dios ensalzado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel
arrepentimiento y remisión de pecados. Y nosotros somos testigos suyos de estas
cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen
(Hechos 5:31,32). El pueblo debe anunciar al mundo entero sobre
el arrepentimiento y el perdón de pecados, hagamos frutos dignos de
arrepentimiento para poder salvarnos.
Autor: Ezequiel Ataucusi Gamonal
JEHOVÁ DIOS EN AMÉRICA DEL SUR
EZEQUIEL JONÁS SU TEMPLO
La Paz y la Gracia de
nuestro Señor Ezequiel Jonás Ataucusi Molina, more en cada uno de vosotros hermanos y hermanas Israelitas.
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