PARA LOS CONVERTIDOS
La Paz del Señor sea con todos vosotros:
Entonces, así
mismo como dije el 6 de enero del 2000, vamos a aclarar a lo espiritual
primeramente y que en su propio peso entenderían y así de tiempo en tiempo, con
el fin de que se arrepientan, muy bien, ahora les estoy hablando claro, porque
ya no ven mi carne, en ella tropezaron, 1 P. 2:6 al 8, por lo cual también, contiene
la escritura, he aquí, yo pongo en Sion la principal piedra del ángulo,
escogida, preciosa, y el que creyere en ella no será confundido, ella es pues
honor a vosotros que creéis más para los desobedientes, la piedra que los
edificadores reprobaban, esta fue hecha la cabeza del ángulo y piedra de
tropiezo y roca de escándalo a aquellos que tropiezan en la palabra, siendo
desobedientes, para lo cual fueron también ordenados, Ro. 9:31,32. Is. 8:14.
Gn. 49:24. Lc. 2:34.
1 Co. 1:23 al
26. Más nosotros predicamos a Cristo Crucificado, a los judíos ciertamente
tropezadero y a los gentiles locura, empero a los llamados. Así judíos como
griegos, Cristo potencia de Dios y sabiduría de Dios y aún hasta el día de hoy,
cuando Moisés es leído, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. Mas
cuando se convirtieren al Señor, el velo se quitará porque él es el espíritu y
donde hay el espíritu del señor allí hay libertad, 2 Co. 3:7 al 9.
De manera que
nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne, y aún si a
Cristo conocimos según la carne, empero ahora ya no le conocemos, de modo que
si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las viejas pasaron, he aquí todos
son hechos nuevos, 2 Co. 5:16,17, vers, 18 al 20, así que amados pues tenemos
tales promesas, limpiémonos de toda inmundicia de carne y de espíritu,
perfeccionando la santificación en amor de Dios, 2 Co. 8:1, porque ejemplo os
he dado, Jn. 13:15. Ro. 3:31.
Sembrad para
vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia, orad para vosotros
barbecho, porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe
justicia, Os. 10:12, Stg. 3:17,18. Ro. 10:4, entonces ahora, por el Espíritu de
vida de Cristo Jesús sigamos adelante, no mirando a las cosas que se ven, sino
a las que no se ven, 2 Co. 4:18. 5:5,6. Col. 3:1 al 3 ver 5 al 14.
Más el que nos
hizo para esto mismo, es Dios, el cual nos has dado la prenda del espíritu. Así
que vivimos confiados y sabiendo, que entre tanto que estamos en el cuerpo,
peregrinamos ausentes del Señor. Si habéis pues resucitado con cristo, buscad
las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. No mintáis
los unos a los otros, habiendo despojado del viejo hombre con sus hechos y
revestíos del nuevo, el cual por el conocimiento es renovado conforme a la
imagen del que lo crió, Sal. 51:10 al 13. Gn. 1:14.
Así que,
hermanos, teniendo libertad para entrar en el santuario por la sangre de
Jesucristo, lleguémonos con corazón verdadero, en plena certidumbre de fe
purificados los corazones de mala conciencia y lavados los cuerpos con agua
limpia, He. 10:19,22. Is. 43:25. 48:11. Is. 1:16,18. 1 Co. 6.11. Venid luego,
dirá Jehová y estemos a cuenta, si vuestros pecados fueren como la grana, como
la nieve será emblanquecidos; si fueran rojos como el carmesí, vendrán a ser
como blanca lana.
En corazón
limpio, ya no existe fe fingida, antes es sincero. Hijitos no nos amemos en
palabras, sino de obra y verdad, 1 Jn. 3:18, y luego todos unánimes de un solo
corazón en el nombre de Jesucristo el Señor. Hablemos todos una misma cosa, y
que no haya entre nosotros disensiones, antes, seamos perfectamente unidos en
una misma mente y en un mismo parecer, 1 Co. 10:1, porque el que dice que está
en la luz y aborrece a su hermano, el tal aún está en tinieblas, así mismo
dice: cualquiera que aborrece a su hermano, es homicida, y sabéis que ningún
homicida tiene vida eterna en si. Precisamente por eso les digo, hermanos, si
alguno de vosotros ha errado de la verdad y alguno le convierte, sepa que el
que hubiere hecho convertir al pecador del erro, salvará un alma de la muerte y
cubrirá multitud de pecados, Stg. 5:19,20. Pr. 10:12. 1 P. 4:8. Ro. 4: 6 al 8.
Sobrellevándonos
unos a otros, nuestras cargas y cumplamos así la Ley de Cristo. Porque toda Ley
en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, Ga. 6:2.
5:14, así seremos hijos de nuestro Padre que está en los cielos, logrando ser
hombres de verdad, sin hipocresías, Mt. 5:44,45,48. Pr. 28:20. 1 Jn. 4:20.
Porque el Dios
celoso, Jehová tu Dios, en medio de nosotros esté y no se inflame su furor
contra nosotros y nos destruya, Dt. 6:15, porque cualquiera que oye mis
palabras, que el hablaré, yo le residenciaré si no los pone por obra, Dt.
18:19. Ex. 23:21. Guardémonos delante de él, no seamos rebeldes a su voz,
porque él no perdonará si nos rebelamos, así como los demás que no creen en él.
Yo soy el pan
vivo que he descendido del cielo, si alguno comiere de este pan, vivirá para
siempre, el cual yo daré por la vida del mundo, salí del Padre, y he venido al
mundo; otra vez dejo el mundo y voy al padre, Jn. 6:51. 16:28. El que en Él
cree, no es condenado; más el que no cree, ya es condenado, porque no creyó en
el nombre del Unigénito Hijo de Dios.
Jn. 16:4,5, esto
empero no os lo dije al principio, porque yo estaba con vosotros. Mas ahora voy
al Padre que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta ¿A dónde vas?. Porque
he aquí que Jehová vendrá con fuego, para dar el pago a cada uno, según su
obra. Y todos los que no creyeron serán lanzados el fuego de azufre, Is.
66:15,16, 2 Ts. 1:8,9. He. 10:28,29. Sabe el Señor librar de tentación a los
píos y reservar a los injustos para ser atormentados en el día del juicio. Y
principalmente a aquellos que siguiendo la carne, andan en concupiscencia e
inmundicia, 2 P. 2:9,10. Más a los temerosos e incrédulos, en fin a todos los
mentirosos, su parte será en el lago de fuego ardiendo; que es la muerte
segunda. El que da testimonio de estas cosas dice: ciertamente, vengo en breve.
Amén, sea así. Ven: Señor Jesús, la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con
vosotros.
Autor: Ezequiel Ataucusi Gamonal
JEHOVÁ DIOS EN AMÉRICA DEL SUR
EZEQUIEL JONÁS SU TEMPLO
La Paz y la Gracia de
nuestro Señor Ezequiel Jonás Ataucusi Molina, more en cada uno de vosotros hermanos y hermanas Israelitas.