EL FIN DE LA LEY
La Paz del Señor sea con todos vosotros:
El fin de la
LEY de DIOS, de los Diez mandamientos, es eliminar el mal del corazón del
hombre, entonces, ahora si la sabiduría dará sus frutos, Ga. 5:22,23, mostrándose
en el proceder del hombre; entonces, no dañara a
nadie, ni así mismo, ni tampoco a la creación, que son las obras de Dios,
dentro de la naturaleza generará Salud y habitará en la tierra aprendiendo de
ella su valor, entendiendo el verdadero propósito de su existencia, se dará
cuenta que él es parte del cosmos, un Dios en el Universo, donde él se
desenvuelve con vida, donde todos tienen derecho a lo mismo; cuando Dios vive
en el corazón del hombre, se cumple la palabra y ésta a su vez brinda salud para
el cuerpo, Jn. 12:26.
Dios utiliza
sus palabras para curar la tierra, es medicina para el alma del hombre (Salmos
119:49. Neh. 9:29).
¿A quién dice, aquel que recibe su espíritu?, a
aquel que puede seguir sus pisadas, donde yo estoy también estaréis, como el
hombre se está sanando, ya es útil y puede obrar el bien y luego Dios lo cuida
de todo mal, 1 Cr. 16:22.
La voz de Dios: Jesús dice así, Jn. 10:27,28.
Mt. 11:38,29(30), aquí Jesús habla de la palabra de Dios, los Diez
Mandamientos, encuentra paz, descanso para su alma espiritual, por eso dice, no
seas rebelde a su voz. He. 3:7 al 9. Sal. 95:7 al 11, cumpliendo, lavaremos
nuestros pecados Sal 119:9.
Mas no puede
ser santo o espiritual, la persona que se encuentra en el estado de hombre
animal.
Primero, hay
que hacer morir el hombre animal, para que nazca el hombre. Segundo, el hombre
terrenal también tiene que morir. Tercero, hay que hacer morir el hombre
terrenal, para resucitar en un hombre espiritual, 1 Co. 15:46 al 49. Esta es la
razón por la cual el hombre deberá sujetarse a la Ley en letra, para hacer
morir el hombre animal o carnal, 1 Co. 3:1 al 3, luego entonces, recién podrá
nacer el Espíritu Santo, así podrá cumplir la Ley, sin pecar, Jn. 1:13. 1 Jn.
3:9.
Así se cumple
la promesa de Dios, el nuevo pacto en el corazón del hombre, He. 10:16 al 18.
Ez. 36:26,27. Jn. 32:40, entonces, recién podremos ser templo Santo para el
Señor; así como cuidamos el lugar que llamamos casa de oración, cuanto más
debemos mantener limpios nuestro cuerpo, alma, mente y corazón, Mt. 12:32,33. 2
Co. 7:1.
¿En qué
consiste seguir la paz?, He. 12:14, la Paz es Cristo y caminar en su Ley, es
seguir la paz y la santidad, Sal. 119:165. 91:14, así como él anduvo en la luz,
Jn. 13:15. Stg. 2:12. Is. 32:17,18.
Porque si la
sangre de los toros y de los machos cabríos y la ceniza de la becerra rociada a
los inmundos, santifica para la purificación de la carne, ¿Cuánto más la sangre
de Cristo, el cual por el espíritu Eterno se ofreció así mismo, sin mancha a
Dios, limpiará vuestras conciencias de las obras de muerte para que sirváis al
Dios vivo, He. 9:13,14.
Entonces esto
tienen que entender, las obras de la Ley, si en verdad cumplen les acerca a
Cristo, porque en la condición de pecadores, inmundos, la Ley tiene que
limpiarlos para luego llevarlos a Cristo, Ga. 3:24, hasta ahí la finalidad de
la Ley, pues el fin del mandamiento es la caridad nacida de corazón limpio y de
buena conciencia y de fe no fingida, 1 Tim. 1:5, habiendo llegado a Cristo, él
por medio de su bendita sangre nos limpia nuestra conciencia de toda maldad,
porque según la ley casi todo es purificado con sangre y sin derramamiento de
sangre no se hace remisión de pecados,
He. 9:22,23.
Fue pues
necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas con estas
cosas, empero las mismas cosas celestiales con mejores sacrificios que estos,
así también Cristo fue ofrecido una vez para agotar los pecados de muchos y la
segunda vez, será visto sin pecado de los le esperan, entonces, he aquí en
adelante será visto por los que no tienen pecado, He. 12:14. BUSCAD LA PAZ Y LA
SANTIDAD SIN LA CUAL NO VERÉIS AL SEÑOR. Nm. 15:40.
Así que, el
mandamiento precedente, cierto se abroga por su flaqueza e inutilidad; porque
nada perfeccionó la ley, más hízolo la introducción de mejor esperanza, por la
cual nos acercamos a Dios, Entonces, dice así, por la flaqueza de la carne el
hombre no puede gradar la ley, sin embargo, por la ley se conoce el pecado para
apartarse y luego acercarse a Cristo, para ser justificados por el Espíritu, a
nuestros corazones, desterrando los malos pensamientos que ahí se esconden.
Porque lo que
era imposible a la Ley, por cuento era débil por la carne. Dios enviando a su
Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en
la carne, para que la justicia de la Ley fuese cumplida en nosotros, que no
andamos conforme a la carne, mas conforme al Espíritu, Ro. 8:3.
No por obras de
justicia que nosotros habíamos hecho, mas por su misericordia nos salvó por el
Lavacro de la Regeneración y dela renovación del espíritu Santo, el cual
derramó sobre nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro salvador, para que
justificados por su gracia seamos hechos herederos según la esperanza de la
vida eterna, Tit. 3:5 al 7, todo está bien claro, así que entiendan de cristo.
Ellos recibirán el don de lo alto, Stg. 1:17. Jn. 3:5,6. Hch. 2:38. Ro.
6:4,3,15,14. ¿o no sabéis que todos los que somos bautizados en Cristo Jesús,
somos bautizados en su muerte? ¿Pues qué? ¿Pecaremos por qué no estamos bajo de
la Ley, sino bajo la gracia? EN NINGUNA MANERA.
Porque el
pecado no se enseñoreará de vosotros, pues no estáis bajo la Ley, sino bajo la
gracia, Ga. 5:6. Ef. 2:8, entonces para que se cumpla la promesa de otorgar el
espíritu Santo para vida eterna. El Cristo debía dejar su cuerpo y entonces sí.
Porque donde
hay testimonio, necesario es que intervenga la muerte del testador, porque el
testamento con la muerte es confirmado, de otra manera no es válido entre tanto
que el testador vive, He. 9:16,17, de cierto, de cierto os digo, que si el
grano de trigo no cae en la tierra y muere, él solo queda, más si muriere,
mucho fruto lleva, Jn. 12:24,32. 15:2,32. Y yo si fuere levantado de la tierra
a todos traeré a mí mismo.
Y esto decía
dando a entender de qué muerte había de morir. Esto yo dije del Espíritu que
habían de recibir los que creyesen en él, pues aún no había venido el espíritu
santo, porque Jesús no estaba aún glorificado, Jn. 7:39, por ejemplo, veamos lo
que aconteció a Jesús hace dos mil años atrás, Jn. 13:1, antes de la fiesta de
la pascua, sabiendo Jesús que su hora había venido para que pasare de este
mundo al Padre. AHORA ESTA TURBADA MI ALMA: ¿Y QUE DIRÉ? PADRE, SALVAME DE ESTA
HORA, MÁS POR ESTO HE VENIDO EN ESTA HORA. Padre, glorifica tu nombre, entonces
vino una voz del cielo, y lo he glorificado y lo glorificaré otra vez, Jn.
12:27,28, entonces, muy bien, ahora mi espíritu busca donde vivir.
Entonces, el
que de veras espera ser levantado como instrumento del Señor, permanecerá en
limpieza y santidad de verdad, luego alcanzarán ser nacidos del espíritu de
Dios, ellos servirán al Señor por el Espíritu y no conforme a la carne, ni
tampoco con corazón de piedra, Ro. 8:2. 9:6,8. Jn. 1:12,13, los cuales no son
engendrados de sangre ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, mas de
Dios. Entonces, para que Cristo habite en vuestros corazones, deben ser
limpios, caso contrario, no será hecho, antes el juicio con ustedes, y si
obedecen y creen, tal vez vuelva y entonces si alcancen la promesa de ser
hechos hijos adoptivos.
Vuelvo a
repetir, entonces no sean incrédulos a mi palabra, porque la Ley, teniendo la
sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede,
por los mismos sacrificios que ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos
a los que se allegan, He. 10:1,2, ¿entonces de que se agrada Dios?, Dios quiere
nuestras almas en sacrificio vivo, Ro. 12:1, porque la obediencia es mejor que
traer ofrendas, siendo rebelde a mi voz, 1 Sm. 15:22, Y Samuel dijo ¿tiene
Jehová tanto contentamiento con los holocaustos y víctimas, como en obedecer a
las palabras de Jehová?, ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios y
el prestar atención que el cebo de los carneros.
No te
reprenderé sobre tus sacrificios ni por tus holocaustos, que delante de mí
están siempre, no tomaré de tu casa becerros, ni machos cabríos de tus
apriscos. ¿Tengo de comer yo carne de toros o de beber sangre de machos
cabríos? Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti, porque mío es el mundo y su
plenitud, Sal. 50:8,9,12,13, de otra manera cesaría de ofrecer, porque los que
tributan este culto, limpios de una vez, no tendrán más conciencia de pecado,
He. 5:5,6,11.
Así también
Cristo no se glorificó a si mismo haciéndose pontífice, más el que le dijo Tu
eres mi hijo, yo te he engendrado hoy, como también, dice en otro lugar, Tu
eres sacerdote eternamente, según el orden de Melchisedec, del cual tenemos
mucho que decir y dificultoso de declarar, por cuanto sois flacos para oír.
Autor: Ezequiel Ataucusi Gamonal
JEHOVÁ DIOS EN AMÉRICA DEL SUR
EZEQUIEL JONÁS SU TEMPLO
La Paz y la Gracia de
nuestro Señor Ezequiel Jonás Ataucusi Molina, more en cada uno de vosotros hermanos y hermanas Israelitas.