EL SEÑOR JESUCRISTO ESTÁ EN LA TIERRA
Ezequiel Jonás Ataucusi Molina |
Paz del Señor sea con todos vosotros:
Cuando
Jesús cumplió los 12 años, se retiró para trabajar en la carpintería con sus
padres José y María, hasta la edad de 30 años, a esa edad se bautizó y durante
10 años cumplió el ministerio de la predica, luego lo crucificaron, la
permanencia de Jesús en la tierra fue de 40 años; con su muerte pagó el pecado
del hombre, porque nadie podía resistir el pecado; el único que podía resistir
el pecado es el Espíritu Santo y este tenía que tomar un cuerpo físico para hacerlo,
este cuerpo físico se llama Hijo del Hombre, la carne es el Hijo del Hombre, en
aquel entonces, la carne se llamó Jesús; el que hablaba por medio de Jesús fue
el Espíritu Santo y él vino a pronosticar lo que había de suceder en el día
postrero; y, él dijo, yo resucitaré un profeta como tú y ya se cumplió con
Ezequiel Ataucusi Gamonal.
¿Por
qué Jesús derramó su sangre y porqué murió Jesús?, eso ya estaba pronosticado
tanto el castigo como la muerte y tenía que estar tres días en el sepulcro,
como lo fue en el caso de Jonás, quién estuvo tres días dentro de la ballena;
Jesús dijo que el derribaría el templo y lo volvería a construir en tres días,
este templo había sido construido durante 46 años.
Marcos
14:58. Nosotros le hemos oído decir: Yo derribaré este templo que es hecho de
mano, y en tres días edificaré otro hecho sin mano.
En
Marcos claramente dice el Espíritu Santo que el edificará otro templo hecho sin
manos; esto lo habló en parábolas; esto significa que en tres tenía que
resucitar el Hijo del Hombre o templo, el cuerpo físico es el templo del
Espíritu Santo y no puede ser construido por la mano de la gente; era una
profecía para este tiempo y ese templo tiene pies, camina y habla; este templo
sería construido por el Espíritu Santo para siempre jamás; el hijo del hombre
es el templo de Dios.
En este
tiempo tenía que reconciliarse el hombre con Dios, por medio de la sangre
derramada por Jesús, la cual está representada por la sangre del cordero
(expiación) y los que ya se han convertido están reconciliados con Dios;
justificados por la sangre de Cristo.
Solo
se espera que venga el hijo del hombre, en el cual mora el mismo Espíritu
Santo; él tenía que venir a anunciar la Ley de Dios y luego de la muerte, tenía
que resucitar a los tres días para seguir anunciando la Ley de Dios, el mismo
Espíritu tenía que resucitar. Hechos 26:23. Que Cristo había de padecer, y ser
el primero de la resurrección de los muertos, para anunciar luz al pueblo y a
los Gentiles.
¿Señor
quién es el Hijo del hombre?, con él están hablando y no entienden; ya les he
dicho que luego vamos a hablar en parábolas y peor no van a entender nada;
hemos estado juntos mucho tiempo y aún no nos conocemos; hablamos y no
entendemos, al contrario, enemigos y contradictores se vuelven, la escritura
dice que deben cumplir la ley y no lo hacen; él único que puede perdonar los
pecados es el Hijo del Hombre.
El
hijo del hombre no ha venido en vano, él no ha venido a perder las almas, si no
a salvarlas, escrito está.
Entonces,
¿Por qué Jesús derramó su sangre?, para reconciliar a esta generación con el
Padre; él tenía que venir en su segunda venida sin pecado:
Romanos
4:6,7,8. Como también David dice ser bienaventurado el hombre al cual Dios
atribuye justicia sin obras, Diciendo: Bienaventurados
aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado
el varón al cual el Señor no imputó pecado.
En
la segunda venida tenía que venir limpio, sin pecado:
Juan
7:22,23. Cierto, Moisés os dio la circuncisión (no porque sea de Moisés, mas de
los padres); y en sábado circuncidáis al hombre. Si recibe el hombre la
circuncisión en sábado, para que la ley de Moisés no sea quebrantada, ¿os
enojáis conmigo porque en sábado hice sano todo un hombre?.
Precisamente,
el Espíritu Santo vino a pagar el pecado del hombre, a descargar el pecado y a
sanar a un hombre y este hombre sanado, tenía que volver nuevamente a la
tierra, en una segunda venida.
Claramente
dice que la Ley no podía vivificar:
Romanos
5:14-19. No obstante, reinó la muerte desde Adam hasta Moisés, aun en los que
no pecaron a la manera de la rebelión de Adam; el cual es figura del que había
de venir. Más no como el delito, tal fue el don: porque si por el delito de
aquel uno murieron los muchos, mucho más abundó la gracia de Dios a los muchos,
y el don por la gracia de un hombre, Jesucristo. Ni tampoco de la manera que
por un pecado, así también el don: porque el juicio a la verdad vino de un
pecado para condenación, más la gracia vino de muchos delitos para
justificación. Porque, si por un delito reinó la muerte por uno, mucho más
reinarán en vida por un Jesucristo los que reciben la abundancia de gracia, y
del don de la justicia. Así que, de la manera que por un delito vino la culpa a
todos los hombres para condenación, así por una justicia vino la gracia a todos
los hombres para justificación de vida. Porque como por la desobediencia de un
hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así por la obediencia de uno
los muchos serán constituidos justos.
Así
también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adam en ánima viviente; el
postrer Adam en espíritu vivificante (1 Corintios 15:45). Adam postrero tenía
que venir, un hombre, Jesucristo.
El
pecado entró por un hombre, por Adam y todos fuimos constituidos pecadores; por
culpa de uno todos murieron, así mismo, por la obediencia de Jesucristo reinará
la vida; recibió el don de la Justicia para que sea manifestada en estos días.
Entonces,
el que tenía que venir es el Adam postrero, el cual es ISRAEL y es el Espíritu
vivificante.
1
Corintios 15:47,48,49. El primer hombre, es de la tierra, terreno: el segundo
hombre, que es el Señor, es del cielo. Cual el terreno, tales también los
terrenos; y cual el celestial, tales también los celestiales. Y como trajimos
la imagen del terreno, traeremos también la imagen del celestial.
Con
esto hemos aclarado, el primer hombre fue terrenal y el segundo hombre es
espiritual.
Autor: Ezequiel Ataucusi Gamonal
JEHOVÁ DIOS EN AMÉRICA DEL SUR
EZEQUIEL JONÁS SU TEMPLO
La Paz y la Gracia de nuestro Señor Ezequiel Jonás Ataucusi Molina, more en cada uno de vosotros hermanos y hermanas Israelitas.