A PARTIR DE JUNIO DE 2025, JEHOVÁ DIOS SE LLEVARÁ A LOS QUE CREYERON EN SU HIJO AMADO, EL ARCÁNGEL MIGUEL, HOY EZEQUIEL JONÁS. TRAS ELLO EMPIEZA EL GOBIERNO MUNDIAL DE LUCIFER. COVIERTETE Y SALVA TU VIDA. LEE LA LEY REAL Y UN ÁNGEL VENDRÁ A TÍ Y SERÁ TU SELLO DE SALVACIÓN.

1.24.2013

Las Murallas de Jericó

LAS MURALLAS DE JERICÓ


La Paz del Señor sea con todos vosotros:

Según el entendimiento y la historia del hombre, las Murallas de Jericó fueron destruidas por los Israelitas al mando de Josué, el sucesor de Moisés, quienes desde el primero hasta el sexto día rodearon por una ocasión a la muralla y al séptimo día, al toque de las bocinas y del grito fuerte de los Israelitas, la muralla se derrumbó y los Israelitas mataron a los amorreos sus enemigos y tomaron sus tierras, las cuales se encuentran al otro lado del río Jordán.

Científicamente, aún no se ha podido demostrar que a través del sonido producido por una bocina se pueda derrumbar una pared, peor aún una muralla; empero, la onda expansiva de una explosión (dinamita) si puede derrumbar una muralla, caso muy diferente del que estamos tratando.

Pues bien, Jehová Dios, cerró la profecía hasta este tiempo (Dn. 12:4), para darla a conocer a su pueblo y a los que quieran heredar la tierra prometida, he aquí el significado espiritual de las MURALLAS DE JERICÓ (2 Co. 3:6).

1.         Jehová Dios estaba con Josué           

Jehová Dios solo está con aquellos que guardan la Ley que Él entregó a Moisés y Josué cumplió la Ley, por eso Dios estaba con Josué. Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida: como yo fui con Moisés, seré contigo; no te dejaré, ni te desampararé. Esfuérzate y sé valiente: porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra, de la cual juré a sus padres que la daría a ellos. Solamente te esfuerces, y seas muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó: no te apartes de ella ni a diestra ni á siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendieres (Jos. 1:5,6,7).

La Ley de Jehová Dios es eterna
2.         El Arca del Pacto  

En el Arca del Pacto, se encuentra la Ley que Jehová Dios entregó a Moisés (Ex. 25:10-22) y los Israelitas antiguos, transportaban el Arca a donde ellos viajaban, porque por medio de la Ley, Dios se manifestaba a ellos; y, Jehová Dios solo está en donde se encuentra su Mandamiento. Si estas leyes faltaren delante de mí, dice Jehová, también la simiente de Israel faltará para no ser nación delante de mí todos los días (Jer. 31:36).

Jehová Dios es Jesucristo, el Espíritu que moró en Jesús el Cristo (Jn. 1:29. Ap. 17:14. Dt. 10:17) y Él (el espíritu) tenía que volver a levantar el tabernáculo de David o a implementar el culto ordenado por medio de la Ley de Moisés (Hch. 15:16,17. He. 8:10. 10:28); hoy en día, todos los creyentes tenemos la Ley de Moisés (Is. 2,2,3. 51:4) y cada uno de nosotros es un Moisés o un Josué, porque somos libertadores de los seres humanos, quienes se encuentran secuestrados por legiones de seres de maldad o demonios que habitan en el hombre (Lc. 8:2) y en este planeta (Ef. 6:12).


3.         El Río Jordán, Jericó, Jerusalem y los otros poblados    

Materialmente el río Jordán nace aguas abajo de la confluencia de los ríos Snir, Dan y Banias y desemboca en el mar Muerto, dentro de Israel (medio oriente). En las márgenes de este río se encuentran Jerusalem, Jericó y otros lugares descritos en la Sagrada Escritura. Según la historia, en muchos de esos pueblos habitaban los enemigos de los Israelitas, como los Hetheos, Amorrheos, Cananeos, Pherezeos, Heveos, Jebuseos, los cananeos, etc., a quienes debían combatir los israelitas para entrar a la tierra prometida; en la actualidad, la ignorancia exponencialmente infinita que existe en este mundo (Stg. 3:15. 1 Co 3:19), considera que los árabes son los enemigos del pueblo de Dios, de los Israelíes de Medio Oriente, algo absurdo y descabellado, considerando que todos tenemos un mismo Padre y que por lo tanto, somos hermanos, con un mismo Dios para todos.

Un 90% de los textos escritos en la Sagrada Escritura son ALEGORÍAS y la historia de los historiadores, está basada en alegorías y no en la realidad o en el verdadero sentido espiritual de la escritura; según la escritura, los israelitas al mando de Josué pasaron el Jordán y en el viaje a la tierra prometida, tuvieron que librar varias guerras con los ángeles rebeldes o demonios llamados amorreos, cananeos, filisteos, etc. (Josué 9:1).

Espiritualmente el Río Jordán es el cuerpo físico, compuesto en un 75% por agua y el río Jordán es la vena más gruesa del cuerpo (Cava), la cual se extiende desde el pecho hasta la cintura o cadera; el resto de venas son los otros ríos que dice la escritura.

Los Hetheos, Amorrheos, Cananeos, Pherezeos, Heveos, Jebuseos, los cananeos, etc., viven dentro del cuerpo físico (Mt. 10:36. Miq. 7:6), amurallados en centros energéticos identificados por el hombre como chakras (Job 40:21 al 24), alojados en diferentes partes del cuerpo, desde la planta de los pies hasta la cabeza (Is. 1:6); y, para llegar a la tierra prometida, se debe eliminar a los demonios antes indicados; por lo tanto, los enemigos de los Israelitas son los demonios (ángeles rebeldes) y no ningún ser humano, peor aún religioso alguno (1 Re. 21:23. Ro. 3:4).

Para una mejor comprensión leer el estudio el ARMAGEDÓN.



  • El Armagedón

  • 4.         Para pasar a la Tierra Prometida se debe cumplir la Ley de Moisés

    Jehová Dios o Jesucristo se aleja de todo aquel que se aparta de la Ley entregada a Moisés; sin la ley no hay pueblo (Jer. 31:36).

    Porque los hijos de Israel anduvieron por el desierto cuarenta años, hasta que toda la gente de los hombres de guerra que habían salido de Egipto, fue consumida, por cuanto no obedecieron a la voz de Jehová; por lo cual Jehová les juró que no les dejaría ver la tierra, de la cual Jehová había jurado a sus padres que nos la daría, tierra que fluye leche y miel (Josué 5:6).

    Entonces Josué edificó un altar á Jehová Dios de Israel en el monte de Ebal, como Moisés, siervo de Jehová, lo había mandado a los hijos de Israel, como está escrito en el libro de la ley de Moisés, un altar de piedras enteras sobre las cuales nadie alzó hierro: y ofrecieron sobre él holocaustos á Jehová, y sacrificaron víctimas pacíficas (Josué 8:30,31).

    Esforzaos pues mucho a guardar y hacer todo lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, sin apartaros de ello ni a la diestra ni a la siniestra (Josué 23:6).

    5.         Los enemigos del convertido a Jehová Dios

    Los enemigos del hombre son muchos, quienes viven en el cuerpo físico organizados en tribus o legiones (Lc. 8:30), cada legión está integrada por 12 mil demonios (Josué 8:25); algunas de esas legiones tienen varios reyes, los cuales suman un total de 31 (Josué 12:24). A todos ellos hay que enfrentarlos espiritualmente y derrotarlos, no se debe negociar con ninguno de ellos, luego se volverán contra nosotros, nos harán pecar y Jehová Dios nos aborrecerá (Josué 8:22). Un demonio es un ángel rebelde, el cual no obedece las leyes de Dios (Stg. 2:19. 1 Jn. 3:8).

    Si tomamos en cuenta solo a las siete grandes legiones (Lc. 8:2), realmente tenemos que luchar contra 84 mil demonios o ángeles rebeldes y además, derrotar a sus 31 reyes (Josué 12:24), sin considerar que muchos de ellos se rendirán (Josué 9:7,8,15) y otros huirán.

    Los amorreos, heveos, gergeseos, cananeos, etc.
    6.         Las Murallas de Jericó

    Como se explicó anteriormente, al sonido de las bocinas y del grito de los Israelitas, las murallas de Jericó se derrumbaron y los Israelitas mataron a todos sus ocupantes excepto a la mujer que los ayudó.


    Era necesario el sonido de las bocinas para derribar las murallas de Jericó, porque éstas estaban y están totalmente cerradas. Empero Jericó estaba cerrada, bien cerrada, a causa de los hijos de Israel: nadie entraba, ni salía (Josué 6:1). 

    Josué enfrentó a todos ellos con un ejército de 40 mil Israelitas, quienes en verdad son ángeles (Josué 4:13).

    7.         Para derribar las Murallas, el hombre debe Circuncidarse

    Erróneamente se dice que la circuncisión de los prepucios es el corte del prepucio del miembro viril del hombre, más cuando, la misma escritura testifica que la circuncisión es la eliminación de los demonios quienes habitan en el corazón del hombre, para que éste pueda entender la sagrada escritura y seguir a Jehová Dios.

    En aquel tiempo Jehová dijo á Josué: Hazte cuchillos afilados, y vuelve a circuncidar la segunda vez a los hijos de Israel. Y Josué se hizo cuchillos afilados, y circuncidó a los hijos de Israel en el monte de los prepucios. Y los hijos de Israel asentaron el campo en Gilgal, y celebraron la pascua a los catorce días del mes, por la tarde, en los llanos de Jericó. Y al otro día de la pascua comieron del fruto de la tierra los panes sin levadura, y en el mismo día espigas nuevas tostadas (Josué 5:2,3,10,11).

    El creyente en Jehová Dios debe cumplir todas sus leyes, entre ellas asistir a las fiestas solemnes, en cualquiera de las fiestas solemnes, Jehová Dios circuncida al convertido y lo llena de fortaleza para que pueda resistir el ataque de los demonios que viven dentro del cuerpo y de las miríadas más que rodean a este planeta tierra y que lo atacarán desde el exterior del cuerpo, bajo el mando de Lucifer.

    8.         La Batalla con los Amorreos

    Los amorreos son los que viven en la Muralla de Jericó y solo pueden ser eliminados del cuerpo físico por Jehová Dios a través del Príncipe o el Comandante de su ejército, el Arcángel Miguel (Dn. 12:1. Ap. 12:7) y para que él actúe debemos cumplir la Ley que Dios entregó a Moisés.

    Y estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos, y vió un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desnuda en su mano. Y Josué yéndose hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos?. Y él respondió: No; mas Príncipe del ejército de Jehová, ahora he venido. Entonces Josué postrándose sobre su rostro en tierra le adoró; y díjole: ¿Qué dice mi Señor a su siervo?. Y el Príncipe del ejército de Jehová respondió a Josué: Quita tus zapatos de tus pies; porque el lugar donde estás es santo. Y Josué lo hizo así (Josué 5:14,15).

    Una vez presente el Arcángel Miguel, empieza el asedio a los amorreos y la destrucción de la Muralla de Jericó. Así dieron otra vuelta a la ciudad el segundo día, y volviéronse al real: de esta manera hicieron por seis días. Y al séptimo día levantáronse cuando subía el alba, y dieron vuelta á la ciudad de la misma manera siete veces: solamente este día dieron vuelta alrededor de ella siete veces. Y como los sacerdotes hubieron tocado las bocinas la séptima vez, Josué dijo al pueblo: Dad grita, porque Jehová os ha entregado la ciudad. Entonces el pueblo dió grita, y los sacerdotes tocaron las bocinas: y aconteció que como el pueblo hubo oído el sonido de la bocina, dió el pueblo grita con gran vocerío, y el muro cayó á plomo. El pueblo subió luego a la ciudad, cada uno en derecho de sí, y tomáronla (Josué 6:14,15,16,20).  

    El sonido de la bocina, es el sonido de la Ley de Dios, los diez mandamientos y hay que hacerlo con un volumen alto, que pueda ser soportado por nuestros oídos. Por las noches, se debe dormir con el audio de los mandamientos a un volumen de 2.5 a 3 decibeles (el parlante portátil puede ubicárselo en el velador), entonces, mientras el cuerpo descansa, este sonido penetra hasta las profundidades del cuerpo y los demonios salen, porque no pueden soportar el sonido de la bocina (Mt. 8:16), a los dos meses de iniciado este ejercicio, el Arcángel Miguel se presentará ante Ustedes, es un ser extremadamente hermoso, tan solo con verlo, les infundirá temor, gozo y alegría, después del reposo del sábado, a la madrugada, el Espíritu Santo de la Promesa los levantará para que canten las alabanzas, al acostarse deberán poner el audio con los diez mandamientos a la altura de la cintura y al mismo tiempo en los oídos por medio de los audífonos, una vez entrado el cuerpo en reposo, se producirá una explosión dentro del cuerpo a la altura del vientre (el cuerpo salta como producto de la explosión), esa explosión es fuerte, las personas que nos rodean, preguntan que fue eso, algo explotó y salen a ver lo sucedido; en paralelo a la explosión, se siente como algunos demonios salen por la pierna izquierda, esos son los que avanzaron a huir de la matanza que el Arcángel Miguel con sus ángeles hicieron; y, la explosión, significa que la Muralla se derrumbó.

    En seguida se hace presente una sensación de alivio, desaparecen miles de malos pensamientos y malos deseos, porque quienes los producían ya murieron.

    Los que huyeron rodean al convertido para volver a ingresar al cuerpo y cuando ingresan, hacen pactos con los otros demonios, para atacar con toda su fuerza. ¿Por qué los demonios viven dentro del hombre?, cuando éstos ángeles estaban en el cielo, ellos se alimentaban del maná, al ser expulsados del cielo por su rebelión contra Dios, todos ellos cayeron en la tierra (Ap. 12:9) y no tenían alimento; Lucifer (Luzbel en el cielo) se apoderó de Eva y del hombre, en el cual insertó un sistema de canales y centros energéticos o murallas, invisibles al ser humano, para que allí vivan sus seguidores, quienes se alimentan del pecado que produce el hombre; ellos entran y salen del cuerpo físico cuando quieren, tienen construidas muchas ciudades espirituales y centros de adoración a los ídolos (Astaroth, Diana, Isis o la Madre Divina de Dios), de allí inducen al hombre a adorar a una imagen, escultura o personas, cosa que Dios nunca ordenó. Venida la Ley de Dios, significa guerra para todos ellos, quienes pronto se apoderaran del mundo para eliminar nuevamente al Pueblo de Dios, no a los israelíes de Medio Oriente, sino, al nuevo Pueblo de Dios nacido en América del Sur.


    Derrumbada la Muralla, el resto de legiones se preparan para la batalla, porque saben que les llegó la hora y entre ellos hacen alianzas para luchar contra Jehová Dios. Y ACONTECIÓ que como oyeron estas cosas todos los reyes que estaban de esta parte del Jordán, así en las montañas como en los llanos, y en toda la costa de la gran mar delante del Líbano, los Hetheos, Amorrheos, Cananeos, Pherezeos, Heveos, y Jebuseos; Juntáronse á una, de un acuerdo, para pelear contra Josué e Israel (Josué 9:1,2).

    En esos días Ustedes verán como en sueños, ingresan a muchas tierras, como seres extraños los saludan y les dicen, hemos escuchado tus pedidos y ya dimos la orden para que los cumplan; en forma paralela, el ejército de los otros demonios los atacarán, llegan en caballos y en carros, deben aprender a manejar las armas de Dios para defenderse y exterminarlos; para que no los ataquen, deben permanecer con el audio de los Diez mandamientos todo el tiempo, eso los protegerá. Porque los Cananeos y todos los moradores de la tierra oirán, y nos cercarán, y raerán nuestro nombre de sobre la tierra: entonces ¿qué harás tú a tú grande nombre? (Josué 7:9).

    No hay que tener miedo, porque Jehová Dios luchará por nosotros, tan solo no debemos apartarnos de su Ley. Y Jehová echó de delante de nosotros a todos los pueblos, y al Amorrheo que habitaba en la tierra: nosotros, pues, también serviremos á Jehová, porque él es nuestro Dios (Josué 24:18). Y vosotros habéis visto todo lo que Jehová vuestro Dios ha hecho con todas estas gentes en vuestra presencia; porque Jehová vuestro Dios ha peleado por vosotros (Josué 23:3).  

    En visión, Dios muestra como luchamos y derrotamos a los reyes de los demonios. Y aconteció que como Josué y los hijos de Israel hubieron acabado de herirlos con mortandad muy grande, hasta destruirlos, los que quedaron de ellos se metieron en las ciudades fuertes. Y todo el pueblo se volvió salvo al campo á Josué en Maceda; que no hubo quien moviese su lengua contra los hijos de Israel. Entonces dijo Josué: Abrid la boca de la cueva, y sacadme de ella a estos cinco reyes. E hiciéronlo así, y sacáronle de la cueva aquellos cinco reyes: al rey de Jerusalem, al rey de Hebrón, al rey de Jerimoth, al rey de Lachîs, al rey de Eglón (Josué 10:20 al 23).

    9.         No prevaricar contra la Ley de Dios

    Una vez eliminados los demonios, no se debe volver a pecar ni siquiera con el pensamiento (Mt. 5:28), porque de hacerlo, Jehová Dios se alejará y quedaremos solos ante los demonios y su jefe mayor Lucifer y ellos nos matarán en vida. Israel ha pecado, y aun han quebrantado mi pacto que yo les había mandado; pues aun han tomado del anatema, y hasta han hurtado, y también han mentido, y aun lo han guardado entre sus enseres. Por esto los hijos de Israel no podrán estar delante de sus enemigos, sino que delante de sus enemigos volverán las espaldas; por cuanto han venido a ser anatema: ni seré más con vosotros, si no destruyereis el anatema de en medio de vosotros (Josué 7:11,12).

    Para seguir derrotando a los demonios, no se debe pecar, porque el pecado destruye al hombre y lo debilita y por lo tanto, no se puede luchar contra ellos.

    10.      Presentar Ofrenda

    Luego de derrumbada la Muralla de Jericó, obligatoriamente se debe presentar la ofrenda a Jehová Dios. Como Moisés, siervo de Jehová, lo había mandado a los hijos de Israel, como está escrito en el libro de la ley de Moisés, un altar de piedras enteras sobre las cuales nadie alzó hierro: y ofrecieron sobre él holocaustos á Jehová, y sacrificaron víctimas pacíficas (Josué 8:31).

    La ofrenda agradable a Jehová Dios (Nm. 28:2)
    11.      Batalla entre demonios

    Los demonios que aún no han sido atacados se unen entre sí para aniquilar a los que se rindieron, pasando a ser servidumbre de Dios. Envió pues a decir Adonisedec rey de Jerusalem, á Oham rey de Hebrón, y a Phiream rey de Jerimoth, y a Japhia rey de Lachîs, y a Debir rey de Eglón: Subid a mí, y ayudadme, y combatamos á Gabaón: porque ha hecho paz con Josué y con los hijos de Israel. Y cinco reyes de los Amorrheos, el rey de Jerusalem, el rey de Hebrón, el rey de Jerimoth, el rey de Lachîs, el rey de Eglón, se juntaron y subieron, ellos con todos sus ejércitos, y asentaron campo sobre Gabaón, y pelearon contra ella (Josué 10:3 al 5).

    12.      Las ciudades restantes también deben ser destruidas

    El ejercicio es el mismo que se realizó para derrumbar a la Muralla de Jericó, empero, ahora el audio se debe mover a la altura del pecho, lado izquierdo, justo debajo del brazo izquierdo, ahí moran demonios muy fuertes. Y JEHOVÁ dijo á Josué: No temas, ni desmayes; toma contigo toda la gente de guerra, y levántate y sube a Hai. Mira, yo he entregado en tu mano al rey de Hai, y a su pueblo, a su ciudad, y a su tierra. Y harás á Hai y a su rey como hiciste a Jericó y a su rey: sólo que sus despojos y sus bestias tomaréis para vosotros. Pondrás, pues, emboscadas a la ciudad detrás de ella (Josué 8:1,2). Este ejercicio debe ser inmediato, porque los demonios no lo dejan ni respirar, el ataque es constante.

    13.      Los nuevos habitantes de las ciudades destruidas

    La tierra se reparte para las doce tribus del Príncipe Israel
    En cada ciudad destruida, sus tierras son repartidas entre los hijos de Israel, los cuales son ángeles y son ellos los nuevos habitantes del convertido y ellos lucharán por él, hasta que muera su cuerpo físico, luego deberá pasar el Jordán y heredar la tierra prometida, el huerto del Eden, un planeta maravilloso que existe en el tercer cielo, bajo el cuidado de Jehová Dios y sus ángeles. Tomó, pues, Josué toda la tierra, conforme a todo lo que Jehová había dicho a Moisés; y entrególa Josué a los Israelitas por herencia, conforme a sus repartimientos de sus tribus: y la tierra reposó de guerra (Josué 11:23).

    14.      Los demonios restantes (Filisteos, Cananeos, etc.)

    Y siendo Josué ya viejo, entrado en días, Jehová le dijo: Tú eres ya viejo, de edad avanzada, y queda aún muy mucha tierra por poseer. Esta es la tierra que queda; todos los términos de los Philisteos, y toda Gessuri; Desde Sihor, que está delante de Egipto, hasta el término de Accarón al norte, repútase de los Cananeos: cinco provincias de los Philisteos; los Gazeos, Asdodios, Ascalonitas, Getheos, y Accaronitas; y los Heveos; Al mediodía toda la tierra de los Cananeos, y Mehara que es de los Sidonios, hasta Aphec, hasta el término del Amorrheo (Josué 13:1 al 4).

    Una vez que los Israelitas, los hijos del Príncipe Israel, siervos de Jehová Dios llegan a habitar en el cuerpo físico, ellos son los que batallan contra los demonios y los van aniquilando poco a poco, hasta que no queda ningún demonio, siendo este el Armagedón, la guerra entre los ángeles y los demonios.

    15.      La Santidad del Israelita

    Al no existir demonios en el cuerpo físico, el hombre se vuelve santo, como fue Adán al inicio de la creación; y, una vez terminadas de derrumbar todas las murallas de los demonios, sale del cuerpo físico la obra maligna de Lucifer en todo ser humano, la serpiente, kundalini o leviatán (Is. 21:7) y sus chakras; entonces, en el hombre entrará toda la potencia de Jehová Dios, por medio de su Espíritu Santo, para derrumbar montañas, hacer llover, secar ríos, sanar gente por multitudes y todos los dones que Jehová Dios tiene para sus siervos (Mt. 17:20).

    16.      La Tierra Prometida


    La Tierra Prometida solo la pueden heredar los que han derrotado a todos los demonios, tal como ocurrió con Josué y Caleb, quienes la heredaron. Excepto Caleb, hijo de Jephone Cenezeo, y Josué hijo de Nun, que fueron perfectos en pos de Jehová (Números 32:12). Empero mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y cumplió de ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró y su simiente la recibirá en heredad (Números 24:14).

    En tiempos de Noé, solo 8 personas entendieron estos misterios; en tiempos de Lot, solo 3 entendieron estos misterios; de los más de 1 millón de israelitas que libertó Moisés de Egipto, solo dos entraron a la tierra prometida, Josué y Caleb; la Ley de Dios es para esta generación (Ex. 24:12. Sal. 102.18), la salvación es para todo ser humano, los medios existen, solo debemos apercibirnos y seguir a Jehová Dios.
    Autor: Randon Ortiz Calle

    JEHOVÁ DIOS EN AMÉRICA DEL SUR
    EZEQUIEL JONÁS SU TEMPLO

    La Paz y la Gracia de nuestro Señor Ezequiel Jonás Ataucusi Molina, more en cada uno de vosotros hermanos y hermanas Israelitas.